Hoy, las empresas viven en el marco de un modelo novedoso de generación de valor y riqueza basado en el conocimiento: un recurso intangible e inagotable que permite obtener ventajas competitivas sostenibles en el tiempo. Además, varias empresas adquieren, desarrollan y aprovechan el conoci- miento científico y tecnológico de forma estratégica para crear innovaciones que diferencien sus productos y servicios de los de sus competidores. La innovación, como proceso que dinamiza la economía y los mercados, además de haber sido un fenómeno muy estudiado durante las últimas tres décadas, se ha difundido recientemente hacia un gran número de sectores de la industria, los servicios y algunas actividades del sector primario. Los sectores y mercados que cuentan con empresas cuyas estrategias competitivas se fincan en la innovación fortalecen las condiciones para generar valor y, en el largo plazo, mayor riqueza para la sociedad. De aquí que la innovación pueda entenderse como un motor de cambios estructurales con capacidad para inducir la evolución del sistema económico: aquella empresa que se propone conservar su mercado, ampliar su cartera de clientes, distinguirse de sus competidores y mejorar sus ventas, debe agregar valor a sus productos y, para ello, necesita innovar. En este libro, el lector encontrará varios ejemplos de innovación en pequeñas y medianas empresas mexicanas de muy distintos sectores. Algunos de ellos relacionados con tecnología de reciente aparición en el país como la aeroespacial o la biotecnología de alimentos; y otros más tradicionales y de menor intensidad tecnológica, pero con propuestas muy novedosas. Estos muestran que diferentes factores pueden impulsar la innovación y que el origen de un proyecto innovador puede partir de diversas fuentes: los clientes y el mercado, la dinámica de aprendizaje de los ingenieros abocados a la I + D, la estrategia de largo plazo de la empresa o, incluso, un viejo sueño de un empresario, madurado con el tiempo. Además de lo exitoso de cada proyecto, el común denominador de los ejemplos que presentamos es que todos fueron apoyados por el Fondo de Innovación Tecnológica (FIT) de la Secretaría de Economía (SE) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT)